Las centralitas convencionales requieren a menudo costosas ampliaciones de hardware para poder ofrecer todas sus prestaciones, y aunque la centralita disponga de una capacidad total definida, no está operativa a menos que vayamos insertando los módulos de ampliación necesarios.
Ejemplo: Una centralita puede disponer de capacidad para 50 extensiones, pero cada 10 extensiones requiere añadir un módulo de gestión específico. Estos módulos pueden llegar a hacer que la inversión total en el equipo se duplique o triplique.
Con las centralitas IP se puede llegar a su capacidad total sin tener que instalar elementos a mayores. Toda su capacidad está disponible desde su instalación inicial. Simplemente es necesario añadir nuevos teléfonos a la red para ampliarla.